Tom Cruise quedó tan fascinado con una de sus películas más enigmáticas que la vio dos veces seguidas

Tom Cruise quedó tan fascinado con una de sus películas más enigmáticas que la vio dos veces seguidas

La última película de Stanley Kubrick también le alucinó a su protagonista

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Tom Cruise en 'Eyes Wide Shut'
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Belén Prieto

Editora

Tom Cruise no solo es una de las figuras más importantes de la industria del cine, sino que además es de los que nunca ha dudado a la hora de defenderla a capa y espada. Especialmente en épocas de crisis. Por eso, siempre es buen momento para darle las gracias por dar tantísimo de sí para entretener al público, y también para rebuscar entre las declaraciones que ha prestado a lo largo de su carrera para comprender su particular relación con el séptimo arte.

Aunque rara vez ofrece opiniones sobre películas concretas, sus comentarios generales dejan claro que su compromiso con el cine es absoluto. Ha respaldado con entusiasmo títulos como 'Barbie', 'Oppenheimer' o la reciente 'Los pecadores' y lo ha hecho no solo por gusto personal, sino porque sabe que el público contribuye a su manera a sostener a toda una industria.

Aun así, hay una película de su carrera que parece haber dejado una huella especial. Se trata de 'Eyes Wide Shut', el clásico de culto dirigido por Stanley Kubrick en 1999.

Parte de la historia del cine

Fotograma de 'Eyes Wide Shut'

En una entrevista concedida a Larry King ese mismo año, el actor confesó que la vio dos veces seguidas tras el estreno: una en solitario, y otra junto a Nicole Kidman, que por aquel entonces era su esposa y también compañera de reparto. Según sus propias palabras, la película le "impresionó profundamente" y se sintió "increíblemente orgulloso" de haber sido parte de la última obra de Stanley Kubrick.

A pesar de los rumores sobre la tensión que pudo haber durante el rodaje, Cruise siempre ha hablado con cariño tanto del proyecto como del director. Porque además, la que ofrece es una de las interpretaciones más contenidas de su carrera.

En ella da vida al doctor Bill Hartford, que atraviesa una crisis existencial desencadenada por una revelación de su esposa. Su vida parecía ir bien: está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de romper su matrimonio por un desconocido.

Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una congregación secreta dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces un mundo dominado por el sexo y el erotismo se abre ante él.

Con esta película, Cruise alcanzó un tono comedido al que no acostumbraba y realmente causó sensación con esta faceta más introspectiva y vulnerable. Se entregó totalmente a un tipo de actuación que, aunque parecía menos espectacular, acabó siendo igual de impactante.

Ahora, teniendo su saga más exitosa recién finalizada con el estreno de 'Misión Imposible: Sentencia Final', queda por ver cuáles serán su siguientes pasos, pero nunca está de más recordar cuáles son los que le han traído hasta aquí.

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